CHARLA DESDE TRATUON: "CONSTRUYENDO ENTORNOS SEGUROS Y CUIDADOSOS CON INFANCIA Y ADOLESCENCIA EN LA COMUNIDAD"

Podéis ver un resumen anticipado  de los aspectos que abordaremos en la charla organizada por el proyecto Tratuon (www.tratuon.org) aquí: 



Qué es Tratuon

Tratu on es un proyecto surgido de la alianza de dos entidades sociales con amplio recorrido y apuesta por la protección y el buentrato a la infancia: Bidegintza G.E.K. y EDE Fundazioa.

Pretende generar y facilitar recursos y acompañamiento a las personas que trabajan con niños, niñas y adolescentes para protegerla mejor frente a la violencia, desde la cercanía de cada contexto.

Realizamos actividades de sensibilización, formación y asesoramiento para ayudar a proteger a la infancia y adolescencia frente a la violencia y promover entornos seguros y de buentrato allá donde hay niños, niñas y adolescentes.

Desde Tratuon promovemos esta charla de sensibilización sobre cómo construir conjuntamente espacios seguros y respetuosos con la infancia y adolescencia en la comunidad.

Contextualización de la charla

Sentirse seguros y seguras es una necesidad de los niños, niñas y adolescentes. Nos lo recuerdan las diferentes teorías psicológicas del desarrollo y se recoge en diferentes normas y leyes como la Declaración de los Derechos de la Infancia y la Ley Orgánica de Protección a la Infancia frente a la Violencia.

La seguridad de niños, niñas y adolescentes supone satisfacer diferentes necesidades básicas (físicas, emocionales y sociales) y posibilitar el desarrollo de sus potencialidades para la vida. Y sufrir violencia es contrario a este objetivo.

Escuchamos estadísticas de varias organizaciones y vemos noticias de sucesos sobre la violencia ejercida por personas adultas hacia niños y niñas y entre ellos y ellas que, sin duda, nos preocupan. ¿Estamos ante un incremento preocupante de la violencia que sufre la infancia?

Algunos datos nos llevan a pensar que sí, aunque también hay más detecciones y aún no hay suficientes estudios comparativos en el tiempo para valorar más concretamente el alcance del  incremento.

Lo que sí tenemos más claras son algunas cuestiones:

  • Como punto positivo, detectamos mejor la violencia que sufren niños y niñas y ya no consideramos “normal” sucesos  como los castigos físicos, el acoco escolar o el acceso a pornografía a determinadas edades.
  • Los niños y las niñas siguen sufriendo violencia, de formas diferentes y en, muchos casos, aún no la detectamos o lo hacemos tarde. Esto es significativo en lo que se refiere al abuso sexual infantil (aún un tabú) y la que pasa desapercibida a través de los medios online.
  • Sigue habiendo cierta violencia “normalizada” que no se percibe como tal. Por ejemplo:  la sobreprotección asfixiante , el sufrir separaciones tormentosas de padres y madres, el vivir violencia doméstica de progenitores, la falta acusada de tiempo de vínculo familiar, el exceso de presión de expectativas familiares o escolares, comentarios machistas-sexistas, bromas en novatadas…  u otras. También la violencia estructural o institucional en la que niños y niñas son víctimas de un modelo social estresante o de una red que no acaba de cuidarles, proporcionales recursos de apoyo en tiempos y formas adecuadas o que les revictimiza cuando han sufrido violencia.
  • Dentro de todo esto hay un aspecto que percibimos y nos preocupa especialmente: cómo muchos niños, niñas y adolescentes optan por la violencia hacia otros o hacia sí mismas como una forma de elaborar conflictos, afrontar situaciones estresantes o alimentar inadecuadamente la necesidad de poder. En este sentido, observamos:

  1.     Hay más medios e instrumentos a “su alcance” para cometer actos violentos y que puedan pasar más desapercibidos. Las redes sociales, internet y la tecnología han traído esos inconvenientes, por ejemplo.
  2.    Hay más problemas de salud mental en los chicos y chicas. En algunos de ellos la expresión del malestar se hace a través de la violencia hacia los y las demás, los espacios físicos o a hacia sí mismos. Sabiendo, además, que muchos chicos y chicas que sufren violencia acaban con problemas de salud mental en los que a su vez hay una exteriorización – interiorización violenta consecuente.
  3.       Hay una violencia ejercida por chavales y chavalas que llega a cotas muy intensas y hace mucho daño, con una total desregulación emocional y falta de empatía. 
  4.   Encontramos aún, a pesar del trabajo realizado de sensibilización, un tipo de violencia en la juventud asociada a una falta de respeto por la diversidad (de género, de capacidades, de procedencia, de ideas...),el radicalismo y la búsqueda del poder narcisista ante el diferente. También un pico muy importante de violencia sexual en la que se asocia el sexo con despersonalización y acto violento.

¿¿Y por qué pasa esto? Nunca hay un único factor. Sabemos que hay factores de riesgo que pueden alimentar la violencia.  Entre otras cosas, los modelos relacionales inadecuados, la falta del sentido de respeto a la autoridad, la ideología extremista que se cuela, la cultura de la inmediatez, el culto a la imagen y narcisismo, el individualismo, la crisis económica, los problemas de estrés-ansiedad-salud mental, la soledad emocional, el vacío para supervisar determinados contenidos en el mundo virtual, la falta de un ocio sano con acceso a las pantallas y sustancias tóxicas de forma adictiva más tempranamente, la pandemia, el acceso temprano a la pornografía y contenidos inadecuados de violencia, la falta de recursos educativos y sanitarios…

Es necesario abordar estos factores de riesgo para su disminución y, también es interesante potenciar los factores de protección: cómo generar entornos seguros para la infancia y adolescencia en los que no quede lugar para la violencia y que sí alimenten una cultura de buentrato. 

Elementos de seguridad

Durante la charla, podremos abordar, desarrollar y concretizar 10 puntos:

  1. El enfoque que tenemos del niño y la niña como personas. Por su edad y condición requieren  que seamos responsables de su bienestar y de facilitarles la satisfacción de necesidades como la protección, exploración, participación, atención, conexión, relevancia …Pero esto no quiere decir que sean objetos de nuestra propiedad, no puedan opinar, no sepan de nada, sólo sean proyectos de personas futuras adultas o que les tengamos que poner en desigualdad (aunque su rol y el nuestro va a ser diferente) Y esto no supone que no podamos educarles, que no podamos  ponerles límites o que se acaben convirtiendo en tiranos …
  2. El diseño de los espacios físicos y emocionales de casa, del colegio, del centro deportivo, del barrio… teniéndoles en cuenta, para que puedan sentirse seguras y desarrollar sus aprendizajes de vida.
  3.  La sensibilización y modelado de enfoques de buentrato, identificando aquellos factores o señales que pueden derivar en violencia. Incluyendo en este caso, claramente, el medio online. 
  4. La importancia de trabajar la salud emocional, fundamental para la prevención de la violencia y los problemas de salud mental. Para ello, la educación en competencias de gestión emocional tiene que ser un reto en estos tiempos. Y, dentro de ello, incluimos factores antiestresantes naturales como el ocio sano, el aire libre, la actividad física, el deporte, el apoyo social... 
  5. La inclusión de la educación afectivo-sexual dentro de la educación. Para favorecer su autoconocimiento, vencer estereotipos y potenciar su pensamiento crítico a determinadas formas relacionales que incluyen violencia directa, indirecta o sutil.
  6. La responsabilidad de todas las personas en generar esta seguridad, cada una desde su rol, en coordinación y teniendo clara la responsabilidad de comunicar a las instituciones y autoridades competentes las violencias que podamos observar, conocer o sospechar.
  7. La relevancia de generar redes afectivas de apoyo entre las personas adultas y entre niños y niñas, ya que es un factor protector fundamental. Y, dentro de ello, incluir la educación a niños, niñas y adolescentes de cómo, cuándo y a quién poder pedir ayuda si se sienten mal, sufren violencia o malestar. 
  8. La necesidad de trabajar en red, de que la administración cree recursos de apoyo y facilite, junto con entidades, colegios, centros…, mesas interdisciplinares de protección a la infancia, redes, asociaciones para hacer un trabajo comunitario en torno al Buentrato. 
  9. La estimulación de una comunidad que escuche a la infancia y adolescencia y estimule su participación y protagonismo en cada contexto (familia, colegio, entidad social, deportiva, de ocio …) Y también en proyectos, comisiones, grupos de escucha, iniciativas… en la comunidad en las que puedan sentirse partícipes de ella. Sabemos, por ejemplo, que aquellas medidas educativas contra la violencia entre iguales  que incluyen la participación de los y las  propias menores de edad en el diseño, la intermediación, la tutorización, la comunicación, la práctica restaurativa … son mucho más eficaces.
  10. La urgencia de trabajar el autocuidado, la gestión del estrés, la salud mental de las propias personas adultas que acompañan a niños, niñas y adolescentes. Cuidarse para cuidar.

En este sentido, extender la cultura comunitaria para la protección, el buentrato y la seguridad de niños, niñas y adolescentes va a ser fundamental. La comunidad, el barrio, el pueblo, la ciudad y las personas, agentes, recursos que se mueven en él son el espacio natural para poder hacer un entorno seguro de una manera eficaz y participativa. Y es que es importante que entendamos que para proteger a la infancia y luchar contra la violencia, debemos colaborar y trabajar en red. Nuestros barrios y comunidades son los espacios de socialización de  niños y niñas y, por lo tanto, también deben ser entornos seguros protectores.  Y para que la comunidad se conecte hace falta movilizarla, concienciarla y formarla. Tratuon recoge este reto, tratando de poner en valor las iniciativas y agentes que ya trabajan en ello y a animar a otras para que se sumen.

¿Cómo “aterrizar” todo esto? Ya hay experiencias, buenas prácticas, ejemplos… que pueden tenerse en cuenta. Tanto para nuestros hogares familiares, como para los centros escolares, recursos sociales, de ocio, deportivos, sanitarios … y el barrio. Y, sobre todo, es necesario espacios de sensibilización, contraste y formación para ello. 

La charla junto con la Exposición de los Derechos de la Infancia quiere favorecer  la sensibilización y reflexión sobre el buentrato a la infancia y adolescencia al entorno natural de la comunidad, del barrio, de la ciudad o el pueblo. Desde el acceso libre y posibilitador para cualquier persona adulta. Además, el taller “Yo también construyo el buentrato” para niños y niñas tiene como objetivo reflexionar, participar y sacar propuestas generales y compromisos personales para el buentrato de su parte, dentro de su círculo de influencia y desde su rol.

¡Vamos a ello!Apostemos por Comunidades de Buentrato y Espacios Seguros para la Infancia y Adolescencia

Begoña Ruiz

Técnica del programa Tratuon

www.tratuon.org